En el aeropuerto de Arrecife (Lanzarote) nos juntamos un nutrido y variopinto grupete de 17 personas entre buceadores y acompañantes. Entre besos y presentaciones nos fuimos rumbo a La Graciosa perteneciente a la Parque Natural y Reserva Marina del Archipiélago Chinijo. Al llegar descargamos bártulos, trajes, jackets y todos los artilugios para ir a los apartamentos. Nos repartimos en mini-familias de 4 personas por apartamento y aunque no todos estábamos junticos supimos rápido como ir haciendo piña en las comidas, cenas y sobremesas con shisha, ron miel o “licor de cabra”.
Por fin llegó el tan esperado primer día de inmersión. Edy, Josean, Jaime e Isa nos llevaron a conocer las profundidades de la isla. Una salida preciosa para los grupos avanzados, para el grupo de novatos (dónde yo me incluyo) fue más bien un día de poner a prueba a Jaime que andaba de un lado para otro…pobrecillo! Pero a partir de ahí lo gozamos todo!! En las 10 inmersiones que realizamos pudimos ver un sinfín de meros, colorídos pejeperros, chuchos pequeños y gigantes, tembladeras, langostas canarias, gusanos de fuego, nudibránquios, morenas, congrios, cangrejo araña, bancos de jureles y hasta imponentes angelotes. Un paisaje submarino precioso. Tampoco faltaban erizos para darnos emoción.
Pronto los lobos de mar se iban cansando de ver pececillos. Ellos querían bajar y bajaron!! Hasta 60 metros fue la inmersión más profunda. Más de uno se entretuvo mirando las Gerardias y la botella de respeto no dio para los 40 minutos de deco!! Paco, como buen lobo de mar anti-tecnología, se subió a superficie todo feliciano sin hacer la deco…pero todo bien! Ya vimos que le gusta tanto el límite como la música.
Y así concluimos con nuestras inmersiones, que no con nuestras experiencias por La Graciosa. Nuestros monitores bien majetes, nos invitaron a hacer barbacoa de despedida en su patio. Momento inolvidable donde los haya. Comimos ricos bonitos, papa arruga con mojo picón y reímos a carcajada. Entre los saltos a la cuerda de los motivados bomberos, pasando por el limbo al jueguecito de pasarse el papel. No nos podríamos haber reído más…Paco, gracias por esa noche!!
Durante esa semana poco a poco fuimos descubriendo los encantos y rincones de La Graciosa con casas blancas y calles sin asfaltar. Las rutas que recorren la isla nos llevaron a la cima de la Montaña Amarilla, a la paradisiaca playa de las Conchas y los arcos esculpidos por el oleaje sobre la roca volcánica. Nos dio pena dejar la isla atrás y separar el grupete, tanto que la maleta de Barquet se tiró por la borda en Órzola! Suerte que supimos pescarla antes de juntarse con los angelotes al fondo del mar.
Gracias Jaime, Isa, Edy y Josean por el acompañamiento.
Gracias José Martín por toda la organización.
Gracias equipo por ser tan lindos.
Volveremos, y si no, siempre tendremos los buenos recuerdos.
Autora: Diana Calvo