Es sorprendente lo que se lían a veces las cosas, solo hace falta que un día alguien encienda una chispa para que arda. Un almuerzo entre amigos y el Toni Sierra dice: voy a hacer una inmersión, voy con un montón de gente a un sitio muy chulo; y yo pienso: joder y yo, yo también tengo ganas pero hace 20 años como mínimo que no he bajado ni un palmo; también.
No tengo federativa ni regulador, no tengo ni libreta, no sé si conservo algún título, pero a lo mejor el suelo marino ha subido un par de metros. Que cojones, no pacha na!!! con dos cojones.
Primeramente, no me da vergüenza, creyeron que era broma, pero con dos, pensé yo, es como se trabaja en bomberos.
Aparezco en Montjüic, preparado e ilusionado y me reciben el Gimeno y el Pauner y me reiteran la sorpresa que tienen de contar conmigo. Al momento aparece el Paco Aranda que se había dado dos golpes en donde siempre y yo pienso: ya empezamos bien, el Gilera venía con su furgoneta y llevaba material de inmersión para tres o cuatro años y nos dice: síguenos, el Gimeno tenía hambre y dice: con estos no llegamos a almorzar!!!
El coche del Pauner no arranca, voy a por el mío? y lo encienden con pinzas, el Pauner dice: estamos salvados hasta que se cale. El Gimeno dice: joder con el hambre que tengo y yo pienso: si a lo mejor no me dejan hacer inmersión por tener el carnet supercaducado.
Nos ponemos en marcha y nos llama el Sierra y textualmente nos dice que está notando olor a quemado de un coche gris por la carretera, yo pienso: lo noté cuando paramos en el peaje, y miré atrás por si dejábamos humo. El Sierra nos pilla con el coche y nos dice: aun huele.
Llegamos a Tamariu con el GPS y el Sierra guiando. Al bajar gran alegría, el Martin, el Alcaraz, el Zumbarini y algún otro compañero que decía, pero tú que haces aquí??
Los del alquiler de material me dan una hoja, yo relleno y me pone: última inmersión, yo pensé poner en otra vida, pero lo deje en blanco y la chica me dice: última revisión médica? empecé a hacer memoria, prehistoria? en el neandertal? en tiempo de crisis? cuando el Clapés dice: si claro la del servicio del año pasado!!! y digo ,síííí!!!
Pasé la prueba de fuego, pero la Rosa del Alcaráz me decía desde un balcón: pero tú que haces aquí??
Consigo poner por primera vez el jacket en la botella, sin velcro y con la grifería girada. Jugada de tres puntos. Y los escarpines antiguos dos puntos y medio y sin pagar lo metemos todo en el barco y hacemos la foto de grupo, yo alucinado, la nena decía: mirar arriba, pero todos fijamos la vista abajo, también es casualidad.
Recorrido por el mar, sin equiparse, yo pienso: esto no es como antes, que hacían carreras por tirarse los primeros.
Al llegar, yo equipado, a la voz de ya!!! podéis tiraros, espero que alguien lo haga, pero después de esperar, me tire yo, no pensé que decían que la corriente era fuerte y pasé la boya, esperando a mi pareja, el Pauner, tuve que remar con unas aletas de criatura, hasta el barco, cansado como un burro.
En la inmersión, compenso y todo bien, un poco mas de peso de la cuenta, pero el Pauner estuvo totalmente controlándome a mí y a un par más . Langostas, morenas, escórporas, barracuda , salpas, doradas, sargos y coral amarillo, rojo, blanco y verde, que con bancos de peces y el agua tranquila formaron un espectáculo impresionante. El único que vio bien los mejillones fue el Barquet que en una sola cascara se llevo 4 haciendo el vermouth y a mí me salió un pequeño pollo a última hora de la inmersión, que casi me ahoga, pero lo eche a la mar, el Barquet también quiso aportar su ADN en el mar, pero acabó cayendo de la barca con un ligero empujón.
De vuelta, dos pechitos en la roca y una chica que pasó de nosotros.
Cuando acabé con el traje y la ropa pensé: antes era más duro, todo va a mejor. Pero lo difícil a veces es tomarse una Vol lDamm, porque después de esperar, no hay manera.
En el vestuario, hay tres bañadores de mujer colgados, ¿Será mixto? No, solo era un secadero.
De camino al restaurante,Ufff, la playa llena, un calor de la hostia y nadie sabe bien donde vamos. Falta gente por llegar, salgo a la puerta, digo: Vaaaa y se piensan que ya vienen, salgo otra vez y pasa una rubia guapa y le digo pasa pasa y me toma por un camarero.
Por fin, una birra, entrantes, arroz al avecrem, una camarera con ganas y un golpe de suerte, al Martin no le sacaron la cigala, que con ansia se quería comer al final.
Lo cierto es que, más que la inmersión, el verdadero placer ha sido, estar otra vez con mis compañeros en el agua.
Un abrazo para todos ellos. QUINQUI.
Autor: Manel Quinquillá
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