El Avvenire o más conocido como El Marmolero, era una embarcación italiana dedicada a la actividad mercante, de 47 mts de eslora y 8 de manga, naufragó en 1971 mientras realizaba una ruta habitual entre Viareggio y Barcelona colisionando con la punta de Trencabraços debido a una fuerte tramontana, llevaba un cargamento de plafones de mármol que hoy en día siguen en sus bodegas y de ahí su apodo. Debido a ese naufragio acabó hundiéndose y finalmente se localizó en 1973 a 2 millas frente a la cala Montgó entre – 37 y – 44 mts.
Sabiendo todo esto nos animamos a visitarlo 7 valientes madrugadores, alguno menos que otros, me refiero a madrugadores no a valientes, también era una inmersión ya realizada por alguno de nosotros y queríamos repetirla una vez más. Eran las 8:30 cuando con puntualidad increíble coincidimos todos en el bar, lugar de encuentro que no falla. Después de los saludos nos enteramos de la triste noticia de que tenemos una baja, nos dirigimos al centro donde nos presentamos y nos cambiamos de goma para dirigirnos al barco. Andando hacia el barco va comentando el patrón que donde vamos es una zona donde raramente la visibilidad es buena pero que hoy tiene la corazonada de que será buena porque empezaba a entrar un poco de tramontana y en ese momento es cuando el agua está más limpia. Llegando al punto de amarre hay que localizar una boya sumergida para amarrar nuestro barco que se hace eficazmente gracias al GPS. Hacemos tres parejas de dos y nos tiramos al agua, iniciamos el descenso encabezado por un veterano y gran buceador, Alfredo, que con su avanzada edad es digno de admirar y envidiar. Cuando llegamos a la torreta del pecio confirmo lo equivocado que estaba el patrón, no se ve más allá de unos cuantos palmos, está todo el casco cubierto de una capa de sedimento que se levanta si te acercas demasiado, hacemos un recorrido por la torreta y popa donde una langosta nos saluda a nuestro paso, seguidamente avanzamos por la cubierta hacia proa pasando por las bodegas donde se encuentra el curioso mármol, hacemos un intento de entrar pero el espacio es tan reducido que solo tenemos 1 mts de espacio entre la cubierta y el mármol, el regreso hasta el cabo de ascenso lo realizamos de la misma manera cruzándonos con múltiples tres colas y varias líneas de aparejos y redes que se encuentran adheridas por varias zonas del barco, antes de ascender hacemos la comprobación de lo que ya nos comentaron, no hay hélice ni timón en la torreta. Llevamos unos 18 o 20 min e iniciamos el lento ascenso, es increíble ya que en ese momento mi ordenador me pide parar 3´a 6 mts pero es que luego me pide 16´a 3 mts. Esa es la moneda que hay que pagar, pocos minutos de inmersión para demasiados de descompresión por culpa de la profundidad, la deco la hacemos en el cabo entre dos aguas, se hace lenta y pesada y mientras nos miramos unos a otros y nos enviamos señales indicando el tiempo que nos queda de deco, por fin cuando se acaba subimos al barco y de regreso al puerto vamos comentando detalles de la inmersión y disfrutando de las maravillosas vistas de la costa del Montgrí.
Al llegar a puerto nos encontramos con la agradable sorpresa de 7 compañeros más que se aproximan andando y vestidos de goma para añadirse a la siguiente inmersión, que ya estamos deseosos de iniciar.
SEGUNDA INMERSIÓN EN L´ESCALA – CALA VIUDA
Hoy le toca escribir la crónica al nuevo, será la novatada, ya sospeché algo cuando Martin se puso detrás mío cuando anunció que quería voluntarios para esto en la comida, sus manos en mis hombros ya anunciaban el peso de la responsabilidad de escribir este texto. Pero vayamos por partes, que tras haber leído un par o tres de crónicas he visto que lo menos importante en estas salidas es el buceo.
Yo me llamo Andreu, y hace poco renové el carnet de buceo profesional que me saqué para esto de conseguir puntos para entrar a bombero y tal, y allí conocí a los bomberos del SAS, algunos más locos que otros, parecieron buena gente, y tras un par de chistes me invitaron a salir con ellos con la sección, en definitiva a unirme a ellos.
Claro, no has buceado más que los dos meses cuando te sacaste el título y ahora te ha caducado, es decir hace 5 años, pero siempre te han dicho, “haz buceo tío, no el profesional que eso es una mierda, tu ve a mirar peces que te molará”. Pues mira, aquí está la oportunidad, la acepto. Pierdo la salida de Agosto porque tengo guardia Forestal, pues la de Septiembre!!!
Me unen a un grupo de Whatsapp, con eso de organizar la salida y tal… mentira… es para enviar chistes y videos de carpas haciendo guarradas… como todos los grupos. Miro quien forma el grupo no vaya a ser que tenga algún conocido que de casua…. anda el Rubén! Este lo conozco! Él no lo sabe aún, pero será mi instructor de reciclaje.
Al llegar al día ya habíamos hablado y recogíamos a otro compañero (Jaume) para ir todos juntos, íbamos tarde, pues habíamos quedado a las 10:00 para alquilar material y llegaríamos para la salida a las 10:30 como poco. Nos perdemos, dos veces, pero no pasa nada un par de vueltas y llegamos casi puntuales a las 10:39. El punto de quedada era en el Dive Paradise de la Escala, que si lo pronuncias rápido, parece un puti. Alquilo el material completo, los demás se cambian pagamos y todo marcha bien. En 5 minutos y nos vamos… 11:00… 5 minutos y nos vamos… 11:30… AH! Ahora sí, nos vamos. Con razón iban tranquilos Jaume y Rubén con la hora.
En el barco lo cargamos todo, todos se conocen excepto unos pocos extranjeros que entre ellos si parecían conocerse, o eso o estaban haciendo un grupo para no sentirse marginados.
El barco nos lleva a la cala de las cuevas, el guía nos saca un mapa dibujado por un niño de 4 años (no es broma) de las cuevas, y no tengo queja del mapa, la verdad es que se entendía fenomenal, pero resultaba curioso pensar “si me pierdo recuerda el mapa este con las medusas coloreadas”. El guía dice que hagamos grupos de 4, entonces empieza a explicar que la mejor manera de ver las cuevas es empezar por la más profunda que está al sur, ir subiendo la pared y así terminar a 4 metros de superficie. Parece buen plan, Rubén y yo íbamos juntos, y nos unimos a Martin y Eli (su hija), vale pues a seguir a Martin que tiene los huevos con coral ya de tantas inmersiones.
Martin nos reúne cuando están bajando las escaleras y nos dice “Vale, haremos lo contrario de lo que ha dicho, iremos de la menos profunda a la más profunda” a tope, mi primera salida y me unido con los rebeldes, “Así no nos encontraremos a nadie en las cuevas” dice Martin. Vale pues venga, al agua.
Nos tiramos, yo empiezo a descubrir cómo funciona el jacket, y tras un par de minutos lo tengo más o menos controlado. Sigo a alitas verdes, (en el agua no ves las caras, así que te fijas en los colores de las alitas de la gente, Martin las tenía blancas, Rubén verdes, y Eli amarillas) pues venga a bucear.
Yo disfrutando como un enano aprendiendo a bucear siguiendo a estos, Rubén cada 30seg preguntándome si estoy bien, yo haciendo el payaso, todo bien. Encontramos la primera cueva, vale, tu tranquilo esto es fácil. Yep, a Eli le pasa algo. Dice que sube que le falta aire… subimos. “Un segundo que me faltaba aire, que me ha dado algo, que no sé porque me he puesto nerviosa y antes que me dé dentro salgo ahora un instante, lo siento.” Por un momento pienso,” vale, si la hija del tío que tiene coral en lo huevos se ha puesto nerviosa, creo que vas muy tranquilo por aquí, siendo tu primera vez.” Pero tú disimula, que no huelan tus nervios… tras unos segundos Eli se recupera y dice que le demos caña de nuevo. Pues allí vamos.
Las cuevas fueron fáciles, son anchas y con pocos o ningún borde afilado. Mi linterna alquilada servía para faro de navegación para submarinos y para dejar ciego a Rubén quien dejo de preguntarme si estaba bien supongo porque al desprenderse su retina, ya no veía mi respuesta. La verdad es que no nos encontramos a ningún otro buzo hasta la segunda cueva. Durante el viaje me di cuenta que soy un chupón de aire e iría justo para ver todas las cuevas y túneles, pero me dicen que sigamos. Ya de vuelta al barco por debajo Martin, ve una morena, la vemos tímidamente y justo cuando estamos volviendo hago una bromilla con Eli sobre falta de aire, y pam… empiezo a notar que la botella no me facilita la respiración… ops… 0Bar… Rubén, me largo para arriba…”no, ven, pilla mi aire”, “déjame tu linterna que avisamos a los otros que subimos”… tarde, ya ni los vemos. Pues nada para arriba. Apuramos las dos botellas y salimos. Junto con Martin y Eli, somos los últimos en subir al barco. Y todo bien. Volvemos.
Nos limpiamos, cambiamos, y como se ve es tradición en estas salidas, al restaurante de menú a hincharnos.
Allí todos comentamos batallitas, conozco mejor a esta maravillosa gente y como volviendo al principio Martin me pone sus manos en los hombros y pide voluntarios para escribir la crónica.
Encantado de hacer más salidas y más crónicas.
Autores: Jose Martín y Andreu Santacana
MAS IMAGENES DE LA SALIDA (clicar aquí)