El pasado 29 de julio realizamos una salida organizada por la Sección de Actividades Subacuáticas de la ACE, a pesar de algunas bajas de útlima hora fuimos diez los buceadores que aquel día nos reunimos. Dos referentes en esto del buceo, tres con bastante experiencia, y cinco novatos que nos sacamos el título B1E hace un escaso mes. Con puntualidad extrema, estábamos todos en el Centre de Buseig l’Amfora, en Tossa, listos para enfundarnos el neopreno y comprobar el material. Nos acercaron a la playa de la Mar Menuda, donde nos esperaba una pequeña embarcación neumática. Una vez en el barco vimos que definitivamente tendríamos un mar tranquilo y con visibilidad. El capitán del barco, gran capitán y mejor escritor de reseñas, nos explicó amablemente las particularidades de la Roca Muladera… bueno, no mucho, pero nos invitó a leerlo en la guía… La Roca Muladera es una formación rocosa que sube hasta el nivel del mar y encuentra su fondo a -24 metros. Se trata en realidad de dos rocas divididas por un cañón, rodeadas por praderas de posidonia y hogar de barracudas, sargos, doradas y morenas, entre otras muchas especies. En diez minutos de navegación llegamos al enclave donde comenzaremos la inmersión. La boya donde bajamos nos llevaba directamente al cañón que se forma entre las dos rocas y que iremos siguiendo según ganamos profundidad. Las primeras partes están algo peladas y será en el fondo donde encontraremos más vida. Vimos varias morenas, que nos salieron a saludar (no se nos ocurriría molestarlas…) y nos sorprendieron por su gran tamaño. Una lástima que de los congrios, meros, barracudas que viven allí abajo… ni rastro. La temperatura del agua fue muy buena y aunque había grandes contrastes térmicos, a penas pasamos frío. Había algo de corriente que no ayudó en la orientación y cuando decidimos subir a superficie lo hicimos con nuestra boya. Como era de prever, que el 50% de los asistentes fuéramos novatos no tardó en provocar varias anécdotas… como por ejemplo las reacciones cuando el Martín sacó la boya para subir y unos pensaron que era un aparato para cazar a una de las morenas… otro se preguntaba a qué estaba jugando ahora con los hinchables…. pero se llevó la palma el que intentó ayudarle hinchando la boya a pulmón… Una vez en la embarcación esperamos a los que más habían aprovechado el aire de la botella, que estuvieron poco más de una hora, e iniciamos el regreso. Después desalamos el material y a nosotros mismos, en el centro de buceo, donde el trato fue muy agradable y nos arreglaron muy bien el precio del material alquilado. Y por fin fuimos a comer un menú decente en buena compañía, con muchas risas y la puesta en común de las mejores anécdotas. Un día muy agradable que pudimos disfrutar a pesar de las malas previsiones y los diluvios de la noche anterior. Nos vemos en la próxima salida!!!
Autor: Carlos Luis Perelló
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