Stage de buceo en Cerdeña 2016

Aquesta vegada viatjem a Sardenya, en concret a un raconet conegut com “Capo-Galera”. Lògicament l’objectiu es el busseig i, a la arribada, t’adones que la natura (tan poc respectada en general), crea meravelles com aquest trosset de costa on es trova el “Diving Center”. Aquest sembla creat a propósit tant per al·legrar-nos la vista com per invitar-nos a la immersió en les aigües cristalines del seu entorn.

Allí coneixem l’equip de treball. Jo particularment intimido amb Roberto, un home encantador, que de fet es converteix en el meu guía personal. Roberto fa un treball científic destinat a l’estudi dels caballets de mar. Va aconseguir que fes immersió, mentre ell buscaba i buscaba. Al cap de trenta cinc minuts, fa senyals i amb molt de cuidado veig un minúscul habitant del mar. Li veig l’emoció al mostrar-me l’espècie i després ja fora l’aigüa m’explica que porta moltes immersions i que en tant sols en tres ha vist “La Mula”, cosí del caballet de mar. De fet recordo un petit “fideuet” amb una punta molt petita que deuria ser el morret. També recordo la ma del Roberto que amb un especial cuidado m’ensenyava aquell petit habitant.  

Estic segur que el grup va quedar encantat amb el tracte tan profesional com humà de tots els treballadors del Centre.

No em vull oblidar de la Federica, directora del Centre. Una persona seria en la seva feina i en la que sempre trobaves, un cop finalitzada la tarea,  una dona encantadora que atenia totes les peticions. Be totes totes no, encara que no em va negar un petonet d’agraiment (i es que soc un romàntic).

Al mateix davant  de Capo-Calera  es trova L’ALGUERO,  (L’ALGUER pels catalans),  i quina es la sorpresa que les noies encarregades de la gastronomía parlen el nostre idioma. A més a més, estaven encantades de rebre algunes correccions al respecte de l’idioma (més petonets).

Parlem de gastronomía: lògicament el grup fa moltes immersions i s’han de recuperar forçes.  Estem a Itàlia i no manquen pas els hidrats de carbó o sigui pasta preparada de diferentes maneres. Les amanides i esmorçars tambe son abundants. En el meu cas, porto suficentes reserves en el cos des de Barcelona , essent el meu principal problema equipar-me amb el “puto neopré” que em deu anar mitja dotzena de talles petit.

Vull destacar la passió d’alguns del grup que despres de fer les tres immersions de rigor, decideixen efectuar una immersió  nocturna , amb l’objectiu de veure els caballets de mar, cosa que aconsegueixen. Be per ells i la seva il·lusió que va tenir aquest premi.   

I molt be pel Paco Aranda que, un cop a Barcelona, ens invita a tot el grup donat que compleix anys. Es un bon comiat per tots aquest dies passats en bona companyia i en un lloc molt recomanable.  

BAJO EL MAR DE CERDEÑA

Entrada la mañana del 27 de mayo del 2016 fui consciente de que esa noche poníamos rumbo a una isla del mediterráneo a bucear en cuevas. Preparé la mochila pensando que iba a una isla montañosa, algo fresca aún por esa época. Consulté en internet acerca del buceo en grutas y en cuevas en dicha isla, pero no encontré mención especial sobre estas, cosa que no me pareció extraña.

Llegué a puerto, feliz como una perdiz, totalmente ajena a todos los acontecimientos sucedidos antes de mi llegada y que habían generado estrés, prisas y algo de tensión. Todo esto se disipó rápidamente, antes incluso de entrar en el barco.

Tomé mi tarjeta de embarque, leí…  ¿¿¿CERDENYA ???? ( dije con cara de póker). Pero… ¿ vamos a cerdenya ?… Yo pensé que íbamos a Córcega… sentí las miradas penetrantes en forma de rayos  y alguna otra de complicidad me indicó que no estaba sola en mi confusión. Sentí también el eco de varias carcajadas en mis oídos y entonces fui consciente de mi enorme empanada mental… pero… la verdad, siempre me gustó el factor sorpresa. Así que… ¡vamos!!!! ¡Apa!, ¡ rumbo a Cerdenya!!!.

Cerdeña es verde, verde mediterráneo. Repleta de viejos y enormes enebros, pinos, retorcidas sabinas y flores salvajes. Tiene un olor característico. El olor del enebro se mezcla con el de las flores y otras plantas aromáticas que crecen a su antojo en cualquier rinconcito.

Su contorno que alterna el blanco y el dorado de la arena con vertiginosos acantilados agujereados por infinidad de cuevas se funde con el azul intenso y turquesa de las aguas que la rodean.

Nuestra base de operaciones se encuentra frente la bahía del pueblo del Alger en Punta Galera, un lugar precioso. Sorprende la visibilidad cristalina de sus aguas.

Bajo estas aguas es donde iremos cada vez que Roberto grite desde uno de los extremos de la empinada rampa: “ Bombieriiiiiiii Mussssscuuuuuliiiiii”.

La primera inmersión nos conduce a la “ GROTTA DI FALCO”, una cueva acuática con salida a cueva terrestre. Tras 20 min de inmersión entramos en la cueva, bastante grande, habitada por algún mero, congrios y cigalas reales, también llamadas santiaguiños. La cueva nos invita a progresar, hasta llegar a un gran espejo sobre nuestras cabezas a través del cual atraviesan varios haces de luces como si nos alumbraran potentes focos que desorientan. Pero ya se sabe… túnel, luz… una voz resuena en nuestras cabezas… seguir!! Siempre hacia la luz… la luzzzz! Inevitablemente seguimos. Uno a uno vamos emergiendo a una pequeña lagunita de agua salada, como de si de la salida de un pozo se tratase. ¡Allí hay aire!!, es una cámara de aire habitada en ese momento por seres muy raros, a decir verdad tan raros como nosotros. Están ataviados con trajes de goma de colores oscuros, se intentan colocar unas cosas en los pies y respiran a través de unos tubos aire que viene de botellas que cargan en sus espaldas. Llevan luces jijijiji … esa luz al final del túnel!!! Son torpes, se  chocan unos con otros… ufff por fin se van!!.

La cámara de aire da paso a una gruta a pie. Nos quitamos los equipos raros que quedan flotando en la superficie. En esta parte de la cueva ya no nos moveremos en todas las dimensiones sino que volveremos a ser humanos bípedos y en ocasiones cuadrúpedos y hasta culípedos (dícese de los que caminan con el culo) por el barro rojo resbaladizo. La cueva terrestre nos regala un paisaje de estalactitas, columnas… el contraste y la combinación es sencillamente espectacular.

El segundo día el mar despertó embravecido al igual que mi abdomen que me obligó a permanecer en tierra. La mañana transcurrió entre contracciones y suspiros para mí, y entre olas y vaivenes para los compañeros que se echaron a la mar. No llegaron contentos y todos atosigaban a un alemán que no cargo nada de nada. Había también una señorita rubia inglesa que tampoco cargo un trasto pero que por ser señorita no despertó quejas. Un mundo injusto este, unas veces para unas y otras veces para otros.

La tarde en cambio fue un regalo para todos. Yo me fui a caminar con Fede. Me obsequió con una bonita excursión a lo largo de la escarpada costa, acantilados, bosques, serpientes, flores de vivos colores, palmitos… diferentes paisajes en una misma excursión… hasta hace muy poco el camino no estaba marcado, ahora alguien se ha molestado en marcar el camino con discretas marcas azules. Lo curioso es que alguien se ha molestado aún más en hacerlas desaparecer, rascándolas o colocando piedras sobre ellas. Nuestra misión???… destaparlas!!!!. Llegamos hasta un cabo, con unas vistas de vértigo, coronadas por unas ruinas de la segunda guerra mundial, el camino termina en una torre en el vértice del cabo donde las vistas invitan a plasmarlas en millones de fotografías… a lo lejos… una barca… llenita de bomberos y de músculos!!. Se aproximan, han buceado bajo esa gran roca a la que llaman el gigante dormido.

Mis compañeros esta vez sin alemán y señorita rubia y con un mar mucho más calmado, disfrutaron de un juego de luces a través de un túnel serpenteante con infinidad de entrantes, ventanas y agujeros que invitan a jugar con los azules  intensos que se proyectan con ayuda de las linternas en la laberíntica Porticato.

Las inmersiones del tercer día, con mar en calma fueron agradables paseos bajo el mar, con buena visibilidad y con algún que otro animal curioso de conducta algo extraña para lo que estamos acostumbrados.  Por la mañana un amigable pulpo se acercó, tanteo, investigo y en lugar de marcharse dejando atrás las características nubes de tinta, nos acarició y se dejó acariciar. No sé si sabéis que los pulpos tienen más de un corazón, en concreto tres. Uno de ellos se encarga de transportar la sangre oxigenada a todo el cuerpo, mientras que los otros dos retornan la sangre no oxigenada del cuerpo a las branquias.

Quizás la inmersión de la tarde, “La grotta di Fantasmi” eclipso las dos anteriores Madonnina y “Grotta di pozo”. Recuerdo la gran entrada de la cueva de la Madonnina y los colores naranjas y amarillos que contrastan con el azul turquesa del mar. Pero como digo la estrella del día fue sin duda la cueva de la tarde, la cueva del Fantasma. Avanzamos en esta ocasión en fila de uno, ayudados de las manos, sin aletear para no levantar el fondo y no perder visibilidad. No solo el nombre es misterioso, la entrada está a poca profundidad, tiene forma de sifón y conduce a un túnel estrecho y sinuoso que gira sobre sí mismo y que conduce a una gran sala tras pasar dos grandes columnas. Sorprende la blancura brillante que produce esa sensación de grandeza a pesar de ser un lugar estrecho. La salida se produce por el mismo lugar de la entrada tras dar la vuelta a la sala. No recuerdo el tiempo de la inmersión pero lo cierto es que se hace corto y produce sensaciónes muy placenteras, sin duda para recordar.

Se acerca la noche, , la pereza y el frescor nocturno me ayuda a decidir no entrar en el agua y no hacer la inmersión en la bahía en busca de caballitos. Solo tres valientes se atreven a realizarla junto con Fede y Roberto, que esperan ya en el agua.J

 Jaume y yo, los acompañamos como asistencia de tierra. Viki entra en el agua por la puerta grande, mostrandonos a los cuatro una entrada magistral que confirma su ya famoso estilazo. Gracias a la técnologia su técnica inigualable quedo registrada y ahora puede ser mostrada en cursos de perfeccionamiento. Cabe destacar que no es apto para personal desentrenado, por lo cual no debe utilizarse para cursos de iniciación al buceo.

Bajo las aguas siguen esperando momificados Fede y Roberto… finalmente Fede asoma la cabeza, mientras grita: “Bomberosssss torpes!, Bomberossss Lentos!! Con este ritmo el fuego cubre la Españaaaaa! Maaaaaa! Que cosaaaaa!.

Misteriosamente los caballitos de esta zonan habitan en las proximidades de aros fluorescentes, hecho que está siendo estudiado por científicos de todo el mundo.

La noche regaló la posibilidad de conocer a un nuevo caballito, que hasta el momento habia permanecido escodido, quizás quiso saludar a los bomberos y mostrarles su color rojo como el fuego… por ese motivo quizás sea bautizado como Bomber.

Nos acercamos al final de la aventura, dos inmersiones y fin.  La Grotta di Nereo y el tunel. Ambas fantásticas.

La Grotta de Nereo es la cueva acuática mas grande del mediterráneo, debe su nombre a sus descubridores que hicieron hornor a la figura mitológica de Nereo. Se encuentra a menos de 100m de la visitada y turística cueva de Neptuno en los acantilados de cabo Caccia, el gigante dormido del que ya os he hablado.

Colorida y amplia cueva en forma de C mayúscula por sus grandes dimensiones. Caminos alternativos que nos enseña Maria, sin ella estaríamos perdidos, se conoce al dedillo cada cm, asi como a sus habitantes. Avanzamos por un gran túnel en ascenso, donde nos movemos a nuestro antojo en todas las dimensiones, inspeccionando los rincones, siempre sin perder de vista a Maria que nos conduce a un gran balcón de un azul tan intenso que hasta nos tiñe. Salimos por él para volver a entrar, esta vez por una zona algo mas pequeña pero igualmente amplia. Llegamos a una sala como en el piso superior, parecen las golfas de la cueva y allí, escondidos bajo una roca plana nos esperan dos pacientes bogabantes gigantes… luego dos más no muy lejos de los primeros, uno esta a la vista aunque se pone a cubierto. Proseguimos y volvemos a la amplitud, allí en el fondo nos espera un gran congrio junto a un santiagiño igualmente grande pero comparado con el congrio desmerece un poco. Un santiaguiño más en el techo nos dice adios!. La salida y el regreso se realiza sin interrupciones, uno de los ocupantes del grupo avanza como un automata, lento… no fuimos conscientes de su estado hasta ese momento. No realizaría la segunda inmersión, quedó en el barco con tez de marmol y compartiendo con los peces todo lo ingerido desde hacia semanas.

A todos nos parecio chocante que su compañera no le hiciera ni caso, Paco bromeaba y le decía que se buscara otro novio… jajajajaja… ninguno de los dos entendian ni papa de español ni italiano, y todos dimos por hecho que venian juntos. Lo cierto es que nunca se habian visto, jajaja.

Se me mezclan imágenes del Tunel y Nereo… el tunel es más pequeña, pero espectacular, llena de pasajes y pasadizos por todos lados. Totalmente desorientados seguimos a Maria durante todo el recorrido, confiando al 100 % en su experiencia. Nos entregamos al espectáculo de luces y colores que genera la luz del día al filtrarse a través de las aguas. Disfrutamos al máximo de nuestra última inmersión en la isla.

La tarde la pasamos nadando en la bahía, ordenando el material y charlando tranquilamente… mientras, un señor de habla inglesa permanecia bajo una pequeña barca, casi muerto… alguién lo habia visto en el cesped descansando y se interpretó que debia estar descansando y recuperándose del mareo incapacitante… pero no… ese pobre hombre no llego a subir el caminito que conducia al cesped sino que quedo en el embarcadero, tras una pequeña barca hasta que Fede lo encontró.

Y asi termina la parte acúatica de este viaje, con el deseo de volvernos a encontrar todos en algún otro lugar bajo el mar… por cierto Paco… mañana sera tu cumpleaños… ¡que viva el ajo negro!!!

Ahhh casi lo olvido, no es de sub lo que me queda que contar, pero si es de mar… nunca, nunca, nunca habia visto tantísimas ballenas… pues si, ballenas! En su viaje hacia el norte nos regalaron su presencia en el horizonte. Creo que fue un regalo del precioso mediterráneo ya que además nos mando algunas rayas y tortugas… y como no… también delfines!

Autors: José Luís Alcaraz y Noemí Molero

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